Por Jorge Ladino Gaitán Bayona
(Profesor de Literatura de la Universidad del Tolima)
Nelson Romero Guzmán, profesor de la Universidad del Tolima e integrante del Grupo de Investigación en Literatura del Tolima, fue anunciado el martes 18 de Agosto como ganador del Premio Nacional del Ministerio de Cultura 2015 a mejor libro de poemas publicado entre el 1 de enero de 2013 y el 31 de diciembre de 2014. El reconocimiento fue otorgado a Música Lenta (2014). Sin duda es un año dorado en el periplo estético del poeta tolimense. En Enero su poemario Bajo el brillo de la luna mereció el Premio Casa de las Américas en su edición 56, cuyo fallo unánime se dio en La Habana, Cuba.
Nelson Romero Guzmán (Ataco, Tolima, 1962) es una de las principales voces de la lírica colombiana. Previamente había obtenido: Premio Nacional de Poesía Fernando Mejía Mejía (1992); Concurso Nacional Universitario de Poesía Euclides Jaramillo (1998); Beca de Creación del Fondo Mixto de Cultura del Tolima (1999); Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia (1999); y Premio Nacional de Literatura –modalidad poesía- del Instituto Distrital de Cultura y Turismo de la Alcaldía de Bogotá (2007).
Entre sus libros de poesía se encuentran: Días sonámbulos (1988), Rumbos (1993), Surgidos de la luz (2000), Grafías del insecto (2005), La quinta del sordo (2006), Obras de mampostería (2007), Apuntes para un cuaderno secreto (con la mexicana Kenia Cano, 2011). Su libro Surgidos de la luz fue traducido al inglés por el poeta húngaro Andrés Berger Kiss bajo el título Sprung from the light. Junto a sus libros de poesía figuran también varias publicaciones en ensayo. En coautoría se encuentra La poética y narrativa tolimense (2000), junto a Libardo Vargas Celemín y Luis Eduardo Gutiérrez. A nivel individual figuran sus libros: El espacio imaginario en la poesía de Carlos Obregón (2012) y El porvenir incompleto, tres novelas históricas colombianas (2012).
Música lenta (2014), ganador del Premio Nacional de Poesía 2015 del Ministerio de Cultura, es uno de nueve libros de la Colección Letras de la Fundación Arte es Colombia (coordinada por Francia Escobar de Zárate), donde figuran también los poetas Juan Manuel Roca, Horacio Benavides, Rómulo Bustos Aguirre, Andrés Matías, Alfredo Vanín, María Clemencia Sánchez, Jotamario Arbeláez y Jaime García Maffla.
En Música lenta, Nelson Romero Guzmán no hace una oda convencional del arte y de las posibilidades curativas de la catarsis. Por el contrario, habla de la escritura como condena, de insomnios que desangran extrañas visiones, demonios que agobian y nunca es posible el exorcismo. La literatura deja de ser una “forma de la felicidad” (como decía Jorge Luis Borges) para convertirse en castigo de quien intenta con palabras matar una obsesión. El poeta juega a atacar la literatura, se mofa, incluso, de su propia figura. Inventa un prólogo donde, desde la muerte, Silvia Platt se dirige al escritor tolimense: “Quien escribe como tú, arruina. Se le debe prohibir la imprenta, escondérsele todo el papel. Mas no te enojes, no por eso la poesía te niega, aunque tú la traiciones. Ella te cose con hilo la cicatriz de los párpados […]Nelson, te lo pido, no escribas más, nunca te leerán. Déjame descansar en paz” (Romero Guzmán, 2014, p.p. 9-10). En ese disfrute de las delicias de la crueldad y de representar la aventura de la escritura, el poeta usa varias máscaras para ser, por un rato, Jean Genet, Antonin Artaud e Isidore Lucien Ducasse (Conde de Lautréamont).
El poeta sobresale por su capacidad de poetizar despojándose de la camisa de fuerza de los géneros literarios. Varios de sus poemas cuentan historias y, frecuentemente, hacen digresiones sobre la literatura. Sus versos van más allá del artificio de la imagen puesto que refiguran las angustias y satisfacciones del arte. Las piedras y su abecedario religioso se exploran en Obras de mampostería. Las modalidades de escritura de hormigas, polillas, mariposas y otros minúsculos animales se encuentran en Grafías del insecto. Los símbolos pictóricos y las cartas de Vincent Van Gogh a su hermano Théo se reinventan en Surgidos de la luz. Goya, sus brujas y oscuras criaturas se deslizan en La quinta del sordo. En definitiva, la obra de Romero Guzmán es rica en intensidades, máscaras, voces y hechos que llevan la imaginación al límite de la belleza.
Referencia
Romero Guzmán, N. (2014). Música lenta. Bogotá: Fundación Arte es Colombia.