Por Nelson Romero Guzmán.
Premio de Poesía Casa de las Américas 2015.
Premio Nacional de Poesía Ministerio de Cultura 2015.
Claroscuro es un libro fundado en la doble función de la palabra de designar el objeto (el armario, la maleta, la bicicleta o los rincones) y evocar, en la otra orilla de lo nombrado, una ausencia: la del habitante de la casa. Para Gaston Bachelard, la casa es un estado del alma. Por tanto, la morada no es en su simpleza una presencia material, un cúmulo de cosas puestas allí por necesidad de quien la habita. Y siendo que el libro de Jorge Ladino Gaitán Bayona refiere un tumulto de objetos colocados por necesidad en la sala, la cocina o el garaje, el tema no son ellos mismos, sino el hombre en su estado de expulsión y ausencia. Por eso, muchas de estas imágenes son frías y catastróficas, como los nudos de las corbatas, los cuchillos o los grilletes de las sábanas. Palabras que a través de la elisión gesticulan en el ocultamiento al hombre ausente, lejos del umbral de la casa, en estrecha vecindad con la muerte. De ahí que el eje temático en estos poemas es la desaparición.
Es desde la contextualización de la violencia que vivimos en Colombia o en cualquier país latinoamericano, el lugar donde mejor puede ubicarse el lector. Todo depende de su cooperación para leer imágenes como las contenidas en este poema: “Los rincones corren de un lado a otro / ¿Cómo decirles que no es un juego de escondidas / y nunca habrán de encontrarte?”. Desaparecer a otro ser humano no es un juego de escondidas, sino el desmembramiento de su presencia en el entorno que corresponde a su propia vida, a su morada, a su estado del alma. Los rincones, las sillas o cualquier otro objeto dicen la ausencia del hombre; objetos testigos de una huida, de un despojo casi siempre hacia el definitivo silencio. Pero están puestos en este libro, en un estado poético de ensoñación para resumir lo que ya no está. En este lugar de las supresiones y las heridas violentas, Gaitán Bayona escribe este libro, nos testimonia el vacío.
La literatura colombiana ha testimoniado la violencia más por el lado del género narrativo y, excepcionalmente, lo ha hecho desde la lírica, tal vez por el peso circunstancial de hechos tan crudos que exigen mejor ser contados como sucesos que ocurren a unos personajes concretos. Sin embargo, en Claroscuro la poesía asume el riesgo de representar a su manera la historia de la violencia o un fragmento de ella, pero en este caso replegando la imagen del objeto real hacia la mirada del lector para que testimonie la presencia vacía del hombre. En este juego de ocultamientos y revelaciones, el libro plantea su propio lenguaje, como en este poema:
ARMARIO
Los pantalones juegan a la ruleta,
las camisas agitan pañuelos blancos,
la corbata halló el nudo fatal.
En este poema citado las palabras asumen apenas su oficio necesario, no son más ni menos para decir el dolor espiritual y físico, el azar, la ausencia y la esperanza, que reflejan un estado del mundo donde el hombre es ausencia, pero que en la designación de su corbata, su pantalón, la camisa y el pañuelo, se encuentra delatado el dolor del arrebatamiento, el inminente desarraigo de sus aposentos.
Esta escritura también contribuye a dar significado al vacío en la concepción formal del poema apenas contenido en una estrofa de tres versos cada uno. Aquí el poeta se hace consciente de la precisión de la palabra portadora de la imagen necesaria y a la vez detonante. Celebro la palabra de Jorge Ladino Gaitán Bayona en Claroscuro.
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Prólogo del libro de poemas Claroscuro (2015), de Jorge Ladino Gaitán Bayona, Premio de Poesía Juan Lozano y Lozano 2015. Ibagué: Alcaldía de Ibagué, Secretaría de Cultura, Turismo y Comercio.