Por Jorge Ladino
Gaitán Bayona
(Profesor de la
Universidad del Tolima,
Integrante de la
Tertulia Tinta de Búho
Bunbury,
peregrino de canciones y libros (no en vano su nombre artístico lo toma de un
personaje de la novela La importancia de
llamarse Ernesto, de Oscar Wilde) nunca se queda quieto en una sola
propuesta estética. Sus discos no son simples variaciones de un mismo concepto.
Por eso, luego de Licenciado Cantinas (un
álbum donde hace sus versiones de clásicos populares de la música
latinoamericana), sorprende con Palosanto
(2013), un disco de rock que oscila entre una lectura mordaz del mundo
contemporáneo y la mirada interior que indaga los sentidos del amor, de la
solidaridad, del propio arte y de una conciencia crítica frente al pasado pues
“cada esquina / nos devuelve nuestra historia”, tal como lo indica en el tema “Plano
secuencia”.
Varias
canciones del más reciente disco de Enrique Bunbury tienen letras de una
cuidadosa elaboración poética, por ejemplo “Noticias imperiales”, donde se encuentran versos como “riega mis
desiertos / de cuerpo prestado”. En dicha canción pareciera advertir que en las
cosmogonías antiguas hay muchas enseñanzas valiosas para los problemas de
hambre y destrucción de la naturaleza que agobian el presente. De ahí que
invite a revisitar los tiempos del mito y de los rituales aztecas: “…y las alas
de tus pies / de plumas de Quetzal / recaudadas en ofrendas”. Para el artista español, en vez de las épicas
que han hecho “de la historia un fraude”, es primordial romper con los nacionalismos
y no olvidar cuanto horror provocaron los Cortés, Aguirre, Pizarro, Fujimori o
Pinochet; todos ellos apellidos monstruosos a los que se hace el ajuste de
cuentas en la canción “Hijo de Cortés”: “No me digas hijo de Cortés / no digas
más palabrotas / que Moctezuma jamás se vengó / de este vuestro hermano sincero
o idiota”.
Resulta
fundamental resaltar que la belleza de Palosanto
se funda en la embriaguez sonora de sus canciones: el rock se enriquece con
elementos sinfónicos y hasta el góspel
de un trio de mujeres. Su belleza posibilita, a la vez, una reflexión sobre la historia (el eco de los
horrores de la Conquista y las dictaduras en Suramérica) y un presente donde
las manifestaciones y protestas se toman las calles para denunciar múltiples
crímenes económicos, sociales y culturales de la globalización. Justamente el primer
tema del disco se titula “Despierta” y en él –como lo sugiere igualmente el
video musical- es necesario romper con una vida zombi que repite en el confort
de la casa lo que dicen los aparatos titilantes (televisores y tecnologías que
ponen la virtualidad por encima de la experiencia): “Despierta de una vez /
respira / y bébete el aire”. El mismo Bunbury ha reconocido que durante la
composición del álbum las expresiones rebeldes estallaban en varias geografías:
En los tres años en los que
estuve escribiendo el material que configura este álbum, el hartazgo y
alienación llevó a jóvenes y no tan jóvenes, a salir a la calle a manifestar el
descontento y desencanto, en México, España, Chile, Colombia y USA. En Grecia, en Túnez, en Inglaterra y
en tantos otros lugares del mundo, simultáneamente. Intenté hacer un disco
social y dar voz a un sentimiento general, pero he vuelto a hablar de mí mismo
y de cómo lo viví y sentí. Divido el álbum en dos partes: La primera,
musicalmente más digital y tecnológica, abarca el inicial entusiasmo, el
cinismo de algunos, la desesperación y negatividad de otros y la lógica
conclusión de que ninguna revolución triunfó sin derramamiento de sangre. La
segunda, musicalmente más orgánica, es la mirada hacia el interior: el verdadero
cambio sólo es posible en un círculo mínimo de amistad o de pareja, la validez
y actualidad de la cosmogonía indígena, y la conclusión final de que el
verdadero cambio empieza y acaba en uno mismo y que todo cambio, o es
verdaderamente espiritual, o no lo es (Bunbury,
Palosanto: un modelo de ovni vintage de los cincuenta,
2013).
Palosanto, el
octavo álbum de estudio en solitario del cantautor nacido en Zaragoza en 1967,
es el fruto depurado de un artista que no olvida su condición de
intelectual. Por eso sus quince
canciones no carecen de contexto, de malestar social, lectura trágica del mundo y grito para dar
vuelo otra vez a la rebeldía, tal como señala en “El cambio y la celebración”:
“Muere un poco / para nacer mejor / de un parto doloroso / es el cambio y la
celebración / te guía la luna / y te alimentas del sol”. Ellas están cargadas
de gestos reflexivos; son una suerte de arte poética pues invitan a crear canciones
que estén llenas de pasos, de caminos, de historias donde el sujeto individual
se reconozca como sujeto colectivo, tal como advierte en “Prisioneros”: “Las
grandes canciones / son las que necesitamos / al ritmo sincopado / de las
suelas de tus zapatos”.
Referencias
Bunbury,
E. (2013). Palosanto. Ocesa.
Distribuido por Warner Music Colombia.
Bunbury,
E. (2013). Palosanto: un modelo de ovni vintage de los cincuenta. Página
oficial de Enrique Bunbury. Recuperado de: http://www.enriquebunbury.com/
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Esta
reseña figura también en la página oficial de Enrique Bunbury. Ver acá: